Jóvenes Xinkas: Guardianes del Agua en Guatemala
La lucha por preservar los recursos hídricos se ha intensificado en Guatemala, donde jóvenes xinkas desempeñan un papel fundamental como científicos comunitarios. Estos “guardianes del agua” monitorean la calidad de los ríos y lagunas frente a los impactos de la minería.
La Contaminación del Agua: Un Legado de la Minería

Desde 2017, los Tekuanes, un grupo de 20 jóvenes científicos xinkas, han vigilado las aguas de la cuenca del río Los Esclavos, afectada por el proyecto minero El Escobal en San Rafael Las Flores. Sus análisis revelan niveles alarmantes de arsénico y metales pesados como cadmio, plomo y cobre, que superan los límites permisibles para el consumo humano.
En sus recorridos, los Tekuanes emplean equipos científicos para evaluar la calidad del agua y comparten sus hallazgos con las comunidades locales. Su compromiso surge de la preocupación por el impacto ambiental de la minería, incluso en zonas donde las operaciones cesaron hace décadas.
Impactos Ambientales Persistentes
La minería en Guatemala ha dejado un legado de drenajes ácidos que contaminan las fuentes de agua utilizadas para consumo y riego. En el caso de El Escobal, aunque las actividades se encuentran suspendidas desde 2017, la extracción previa liberó metales pesados en el subsuelo, afectando a las comunidades aledañas.
“Si una mina abandonada desde hace décadas genera este nivel de contaminación, los efectos de un megaproyecto activo son aún más devastadores”, señala Pacheco, una de las líderes del grupo.
Resistencia Comunitaria y Criminalización

El pueblo xinka ha enfrentado numerosos desafíos para defender su territorio. Las comunidades denunciaron que la mina El Escobal comenzó sus operaciones sin consulta previa, lo que llevó a la suspensión del proyecto en cumplimiento del Convenio 169 de la OIT. Sin embargo, la resistencia comunitaria ha generado conflictos sociales y la criminalización de líderes ambientales.
“La lucha por el agua no es solo por nuestro pueblo, es por el futuro de todos los guatemaltecos”, explica Carillas, otra científica comunitaria.
Pese a las adversidades, los Tekuanes continúan su trabajo con determinación. Sus esfuerzos no solo buscan mitigar los daños de la minería, sino también educar a sus comunidades sobre la importancia de preservar el agua como un recurso vital.
Esta historia refleja la resistencia de un pueblo que, a pesar de las amenazas, se mantiene firme en su compromiso con la naturaleza y su cultura. Los jóvenes xinkas son un ejemplo de cómo la ciencia comunitaria puede convertirse en una herramienta poderosa para el cambio social.

