La controversia en torno a la edificación de un templo dedicado a la Santa Muerte en el municipio de Cantel, Quetzaltenango, sigue creciendo. Nuevas imágenes confirman que los trabajos de construcción han sido retomados, a pesar de las denuncias y la oposición de un sector de la comunidad.
Continúa la polémica construcción del templo a la Santa Muerte en Cantel, Quetzaltenango
Vecinos de Llanos de Urbina, junto con integrantes del Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode), han manifestado públicamente su preocupación por el avance de la obra. La inquietud no solo radica en el simbolismo religioso del templo, sino también en su cercanía con la Granja Penal Modelo de Rehabilitación, lo que, según algunos pobladores, podría dar pie a posibles vínculos con personas privadas de libertad.
Avances visibles y estructura imponente al templo dedicado a la Santa Muerte

En una serie de fotografías recientes, se observa claramente que el proyecto ha retomado su marcha. Andamios colocados alrededor de la estructura y trabajadores albañiles en plena labor son la evidencia del progreso. La imagen principal del templo, de grandes dimensiones, es visible desde varios puntos del municipio debido a su imponente altura y características distintivas.
La construcción del recinto, que inició en octubre de 2024, había estado bajo escrutinio desde el principio. En un inicio fue conocido como «Encanto del Keme», pero pronto se popularizó como el templo de la Santa Muerte, o “centro de culto negro”, como lo llaman algunas personas en la comunidad.
Un proceso legal que favorece a los propietarios
La polémica no solo es social y cultural, sino también legal. El 31 de marzo de 2025, la Municipalidad de Cantel impuso una multa de Q500 mil a los propietarios por no contar con la licencia de construcción correspondiente. Sin embargo, la sanción fue apelada y el caso pasó a instancias judiciales.
El 8 de mayo de 2025, el Juzgado Primero de Primera Instancia del Ramo Civil de Quetzaltenango otorgó un amparo a los dueños del templo, permitiéndoles continuar con la edificación. La resolución judicial especifica que no se pueden realizar actos que limiten la libertad de religión o la locomoción, lo que ha sido interpretado como un respaldo legal para seguir adelante con el proyecto.
Reacciones divididas en la comunidad tras la construcción al templo dedicado a la Santa Muerte
El tema ha generado un fuerte debate entre los vecinos. Algunos rechazan categóricamente la presencia del templo, argumentando que su simbolismo puede fomentar actividades ilegales o prácticas contrarias a las creencias mayoritarias del municipio. Otros, en cambio, defienden el derecho a la libertad religiosa y ven en la obra una expresión legítima de culto.
Un residente que pidió no revelar su nombre señaló:
“No se trata solo de religión, sino del lugar donde está ubicado. Está muy cerca de la cárcel y eso nos preocupa. No sabemos qué tipo de personas atraerá cuando esté terminado”.
Por otro lado, quienes apoyan el proyecto aseguran que el culto a la Santa Muerte forma parte de la identidad de ciertos grupos y que su construcción es un acto protegido por la Constitución.
Una ubicación estratégica y controvertida
El templo se ubica en las cercanías de la Granja Penal Modelo de Rehabilitación, un detalle que para muchos no es casual. Algunos pobladores creen que esta proximidad podría facilitar conexiones con personas privadas de libertad que profesan esta devoción. Sin embargo, no existen pruebas documentadas que confirmen tales vínculos.
La visibilidad del edificio es otro factor relevante. Al ser una estructura de gran tamaño, con una imagen monumental, se convierte en un punto de referencia que no pasa desapercibido ni para locales ni para visitantes.
Licencia de construcción en disputa
Uno de los principales argumentos de los opositores es que los propietarios no cuentan con la licencia de construcción emitida por la municipalidad. De acuerdo con la normativa local, cualquier edificación de gran escala debe someterse a un proceso de aprobación que garantice la seguridad estructural, el cumplimiento de normas ambientales y la compatibilidad con el uso del suelo.
No obstante, el amparo otorgado por el juzgado ha permitido que los trabajos continúen mientras se resuelve la apelación, lo que deja a la municipalidad con las manos atadas en este momento.
Impacto más allá de Cantel
La noticia ha trascendido las fronteras municipales y se ha convertido en tema de discusión en redes sociales y medios nacionales. Las fotografías del avance de la obra han sido compartidas miles de veces, generando comentarios tanto de rechazo como de apoyo.
Para algunos, el caso refleja el conflicto entre libertad de culto y regulación urbanística; para otros, es una muestra de cómo ciertos cultos, tradicionalmente marginales, están ganando visibilidad e influencia en Guatemala.
Próximos pasos y expectativas sobre el templo dedicado a la Santa Muerte
Se espera que en las próximas semanas el tribunal emita una resolución definitiva sobre la apelación de la multa impuesta por la Municipalidad de Cantel. Mientras tanto, los albañiles continúan trabajando y el templo sigue creciendo.
El desenlace de este caso podría sentar un precedente importante en materia de libertad religiosa y construcción de templos no convencionales en el país.
La construcción del templo a la Santa Muerte en Cantel, Quetzaltenango, es un tema que combina aspectos legales, religiosos y sociales. La oposición de un sector de la población, la ausencia de licencia municipal y el amparo judicial que favorece a los propietarios mantienen el caso en el ojo público.
Mientras la estructura sigue elevándose, la comunidad permanece dividida. Algunos la ven como una amenaza, otros como un símbolo de fe y resistencia cultural. Lo cierto es que la obra, visible desde varios puntos del municipio, se ha convertido en un epicentro de debate que probablemente continuará en los próximos meses.






