Salazar presiona para que EE. UU. asegure la frontera México-Guatemala

Salazar presiona para que EE. UU. asegure la frontera México-Guatemala

El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, ha subrayado la importancia de que México y Estados Unidos trabajen de manera conjunta para abordar los problemas que originan la migración en la región, especialmente en la frontera sur de México, donde se intensifican los flujos migratorios provenientes de Centroamérica. En su reciente intervención, Salazar destacó la urgencia de atender las causas de la migración para evitar que el fenómeno siga en aumento, y propuso una serie de medidas estratégicas tanto en materia de seguridad como de desarrollo económico.

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El diplomático expresó que una de las principales causas del aumento de la migración irregular es la pobreza y la inseguridad en los países del sur de México y Centroamérica. En particular, mencionó que países como Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua están experimentando graves crisis sociales y económicas que han obligado a miles de personas a abandonar sus hogares en busca de mejores oportunidades en el norte. Salazar destacó que para evitar un flujo migratorio continuo, es crucial trabajar en la mejora de las condiciones de vida en estas naciones, especialmente en el sureste mexicano, que ha sido históricamente olvidado en términos de desarrollo.

«Es necesario destinar recursos al sureste de México, particularmente en estados como Chiapas, que ha sido denominado el ‘rincón olvidado’ del país. Este es un lugar clave donde la falta de desarrollo genera que los migrantes busquen mejores oportunidades fuera de sus comunidades,» comentó el embajador.

Asimismo, hizo hincapié en la necesidad de crear proyectos de desarrollo que permitan mejorar la calidad de vida de las personas en estas regiones y, de esta manera, reducir los incentivos para migrar.

Además de abordar los problemas de pobreza y falta de desarrollo, Salazar subrayó la importancia de mejorar la seguridad en la región fronteriza. En su intervención, mencionó que una de las mayores amenazas en la frontera sur de México es el creciente poder de los carteles de tráfico de personas, que explotan la desesperación de los migrantes para ganar dinero a costa de su sufrimiento. Para Salazar, México y Estados Unidos deben trabajar como socios estratégicos para desmantelar estos carteles y garantizar una migración más ordenada, legal y segura.

Salazar también recordó que, durante la administración del presidente estadounidense Joe Biden, se lograron importantes avances en la reducción de la migración irregular, con una disminución del 75% en el número de migrantes irregulares a través de programas que facilitan el ingreso ordenado de personas a Estados Unidos. Este tipo de iniciativas, según el embajador, debe seguir adelante, con un enfoque en la cooperación bilateral y el fortalecimiento de los mecanismos legales que permiten la migración regular.

Una de las principales preocupaciones de Salazar es la situación en Venezuela, un país que enfrenta una grave crisis política y económica. El embajador indicó que más de 7 millones de venezolanos han huido de su país debido a la falta de democracia, la represión política y la imposibilidad de acceder a necesidades básicas. Este éxodo masivo de migrantes ha incrementado aún más el número de personas que intentan llegar a México y, posteriormente, a Estados Unidos en busca de un futuro mejor.

«Muchos de los migrantes que llegan a la frontera de México provienen de países donde la democracia está en crisis o ha sido completamente anulada. Esto es lo que estamos viendo en Venezuela, donde el sistema político ha fracasado en garantizar los derechos básicos de su población,» señaló Salazar.

Esto, a su vez, plantea una presión adicional sobre las fronteras de México, que se ven desbordadas por la cantidad de migrantes que buscan cruzar hacia el norte.

En otro punto de su intervención, Salazar destacó la relación intrínseca entre seguridad y democracia. Según él, una de las principales razones por las que las personas migran no solo es la falta de empleo o la pobreza, sino también la inseguridad generalizada. En su análisis, Salazar subrayó que los migrantes no solo buscan un mejor nivel de vida, sino también la protección de su vida y libertad. Sin seguridad, una nación enfrenta graves dificultades para garantizar un entorno democrático estable, lo cual es una prioridad tanto para México como para Estados Unidos.

Salazar, al referirse a algunos de los estados más afectados por el crimen organizado como Michoacán, Guerrero, Sinaloa y Guanajuato, mencionó que la violencia, los asesinatos, las extorsiones y el control de territorios por parte de grupos criminales son factores que están impulsando la migración interna y externa desde estas regiones. Además, añadió que la inseguridad afecta tanto a los ciudadanos mexicanos como a los migrantes de otras partes del mundo que buscan pasar por estas áreas.

«Sin seguridad, la democracia de un país tiembla. Esto lo vemos en Haití, Venezuela y en otras regiones de México. Es una situación que debe atenderse urgentemente para evitar que el flujo migratorio siga creciendo,» enfatizó.

Para Salazar, la solución a los problemas de migración, seguridad y desarrollo pasa necesariamente por una cooperación estrecha entre México y Estados Unidos. Ambos países, a pesar de sus diferencias políticas, deben unirse para enfrentar los desafíos comunes que generan la migración irregular y el crimen organizado.

El diplomático concluyó su intervención reconociendo que el principal consumidor de fentanilo es Estados Unidos, pero que este problema no puede resolverse solo desde el norte. México también debe ser un actor clave en el combate contra el tráfico de drogas y el crimen organizado. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrán reducir los impactos negativos en ambos lados de la frontera.

El llamado de Ken Salazar a atender las causas profundas de la migración, como la pobreza y la inseguridad, es un paso crucial para enfrentar la crisis migratoria en América Latina. Tanto México como Estados Unidos deben actuar como socios estratégicos, invirtiendo en desarrollo, seguridad y migración legal para lograr una solución sostenible. La frontera sur de México, con su alto flujo migratorio, representa una de las principales áreas de acción para contener el crecimiento de la migración irregular, pero también para garantizar la estabilidad y el bienestar de las comunidades en la región.

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