El proceso de antejuicio contra la fiscal general, Consuelo Porras, lleva seis meses estancado en la Corte Suprema de Justicia (CSJ), lo que ha generado preocupación y controversia sobre la celeridad y transparencia en el manejo de este caso. La acción penal, interpuesta por el procurador general de la Nación, Julio Saavedra, el pasado 29 de febrero, aún no ha sido trasladada al Congreso, lo que ha provocado un debate sobre las divisiones internas y las presiones dentro de la CSJ.
Contexto del Antejuicio Contra la Fiscal Porras

El antejuicio contra Consuelo Porras, quien ostenta el cargo de fiscal general, fue presentado por el procurador Julio Saavedra debido a un supuesto incumplimiento de deberes. La controversia surgió cuando Porras decidió no participar en una junta de Gabinete de Gobierno, lo que ocurrió apenas dos semanas después de la toma de posesión del presidente Bernardo Arévalo. Desde su inicio, este proceso ha sido marcado por la falta de avances significativos.
El presidente de la CSJ, Óscar Cruz, ha sido señalado por la falta de progreso en el caso. A pesar de que el trámite debería haber avanzado, la situación sigue estancada, y la CSJ no ha proporcionado una explicación detallada al respecto. Según la ley en Materia de Antejuicio, el caso debe ser trasladado al Congreso para que sea evaluado, pero esto aún no ha sucedido.
División Interna y Falta de Pronunciamientos
Una de las razones citadas por Cruz para el retraso en el proceso es la división interna dentro de la CSJ y entre los 12 magistrados. Esta división ha generado demoras en la toma de decisiones clave, lo que ha afectado el avance del antejuicio. Además, Cruz ha evitado pronunciarse públicamente sobre el caso, lo que ha contribuido a la incertidumbre.
Tanto Saavedra como la Procuraduría General de la Nación (PGN) han sido cautelosos en sus declaraciones, limitándose a señalar que el proceso está en manos de la CSJ y que no tienen más información disponible. Esta falta de comunicación y transparencia ha generado críticas y ha alimentado la percepción de que el caso está siendo manejado con lentitud deliberada.
El proceso de antejuicio, según lo estipulado por la ley, debe ser trasladado al Congreso, donde se formaría una Comisión Pesquisidora para evaluar la viabilidad del retiro de inmunidad de la fiscal Porras. Este paso es crucial para que se inicie una investigación penal en su contra. Sin embargo, con el período de los magistrados de la CSJ finalizando el 13 de octubre y la lenta marcha del proceso de selección de sus sucesores, el futuro del antejuicio sigue siendo incierto.
El estancamiento del antejuicio contra Consuelo Porras ha generado preocupaciones sobre la independencia y la eficacia del sistema judicial en Guatemala. La situación pone de manifiesto la necesidad de mayor transparencia y celeridad en los procesos judiciales que involucran a altos funcionarios públicos. Mientras tanto, la ciudadanía y la comunidad internacional siguen de cerca el desenlace de este caso, que podría tener importantes repercusiones para la justicia en el país.
El antejuicio contra la fiscal Consuelo Porras continúa en un limbo legal, sin avances significativos en la CSJ. La situación plantea serias interrogantes sobre el estado de la justicia en Guatemala y la capacidad del sistema para manejar casos de alto perfil con la debida diligencia y transparencia.
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