Crisis interna en Semilla: el bloque legislativo se divide y Samuel Pérez impulsa nuevo partido político
El Movimiento Semilla, partido que llevó a la presidencia a Bernardo Arévalo en las elecciones de 2023, atraviesa una profunda fractura política que amenaza con redefinir el panorama legislativo guatemalteco. La bancada, que hasta hace poco se presentaba como un bloque sólido, ha quedado dividida en dos grupos con agendas y liderazgos divergentes.
De un lado, Samuel Pérez, reconocido diputado y uno de los rostros visibles del partido, ha decidido marcar distancia del núcleo oficial, apostando por la formación de una nueva agrupación política.
La división toma forma: ¿Cómo quedó repartida la bancada?
Según fuentes internas del Congreso, el bloque de diputados de Semilla ha quedado dividido en dos facciones: una que sigue alineada al liderazgo tradicional del partido y otra que ha comenzado a operar con independencia. Actualmente, se reporta que 12 legisladores se mantienen dentro del bloque oficial, mientras que otros 10 han optado por separarse para impulsar una nueva visión política desde el Legislativo.
Esta ruptura se produce en un contexto de tensiones acumuladas, desacuerdos sobre el rumbo ideológico del partido y críticas a las decisiones tomadas por algunos miembros de la dirigencia. A pesar de los intentos de reconciliación, las diferencias han llegado a un punto de no retorno.
Samuel Pérez se desmarca y proyecta nuevo partido
El diputado Samuel Pérez, una de las figuras más visibles de Semilla desde sus inicios, ha decidido tomar distancia del proyecto actual para liderar un movimiento político alternativo. Fuentes cercanas aseguran que ya se están dando los primeros pasos hacia la conformación de un nuevo partido, cuyo enfoque estará centrado en una agenda ciudadana más abierta y participativa.
Aunque no se ha oficializado el nombre ni la plataforma del nuevo partido, se sabe que el proyecto busca atraer a liderazgos emergentes, movimientos sociales y figuras políticas que se identifican con una línea progresista, pero que han expresado inconformidades con la gestión interna de Semilla.
Implicaciones políticas: ¿Qué significa esta fractura para el Gobierno?
La división dentro de Semilla no es menor. La pérdida de 10 diputados representa un duro golpe para el oficialismo, que ahora enfrenta un escenario legislativo más complejo para la aprobación de reformas, presupuesto y proyectos de ley prioritarios para el Ejecutivo.
El presidente Bernardo Arévalo aún no se ha pronunciado oficialmente sobre la ruptura, pero analistas políticos aseguran que este cisma debilita la capacidad de gobernabilidad del mandatario, que ya lidia con múltiples desafíos institucionales y una constante presión de sectores conservadores.
Además, la fragmentación del bloque podría derivar en nuevas alianzas dentro del Congreso, alterando los equilibrios de poder y obligando al Ejecutivo a negociar más intensamente con otras fuerzas políticas para sacar adelante su agenda.
Tensiones ideológicas y disputas internas: las causas de la ruptura
Entre los factores que han motivado esta fractura se encuentran desacuerdos sobre la forma de conducción del partido, la falta de espacios de diálogo interno y la concentración de decisiones en manos de una cúpula reducida. Varios diputados han manifestado en privado su inconformidad con el manejo político del partido, especialmente en lo referente a su estructura cerrada y vertical.
Samuel Pérez, por su parte, ha insistido en la necesidad de abrir el espacio político a nuevos liderazgos y a una mayor participación de las bases. Su decisión de buscar la creación de un nuevo partido responde a la convicción de que es posible construir una opción distinta, más horizontal y sintonizada con las demandas ciudadanas.
Reacciones desde Semilla y el entorno político
La dirigencia de Semilla ha calificado la salida de los 10 legisladores como un proceso lamentable, pero también como una oportunidad para reafirmar su compromiso con los principios fundacionales del partido. Voceros oficiales han indicado que respetan las decisiones individuales de los diputados, aunque han cuestionado el momento y la forma en que se ha producido la separación.
Desde otras bancadas, la noticia ha sido recibida con expectativa. Algunos sectores ven en esta división una oportunidad para reconfigurar alianzas dentro del Congreso, mientras que otros llaman a la prudencia, advirtiendo que la fragmentación de fuerzas progresistas puede debilitar el proceso de cambio político impulsado tras las elecciones de 2023.
¿Qué sigue ahora para Semilla y el nuevo bloque disidente?
Los próximos pasos serán clave para definir el impacto real de esta fractura. Por un lado, Semilla deberá reestructurarse internamente y recuperar la cohesión necesaria para mantener su influencia política. Por otro, el grupo liderado por Samuel Pérez deberá formalizar su separación e iniciar los trámites legales para la constitución de un nuevo partido político.
Ambos grupos enfrentarán el reto de explicar a la ciudadanía sus posturas, justificar la división y presentar propuestas claras en un contexto donde el electorado demanda soluciones concretas a los problemas estructurales del país.
La división en el partido Semilla marca un momento decisivo en la política guatemalteca. Lejos de ser un simple reacomodo interno, esta fractura refleja tensiones más profundas sobre la forma en que se concibe el poder, la democracia interna y la relación entre partidos y ciudadanía. A medida que avancen los meses, será crucial observar cómo evolucionan ambas corrientes y qué impacto tendrán en la gobernabilidad y en el futuro del país.
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