Decenas de personas enfrentan condiciones extremas para llegar a sus destinos
El derrumbe de gran magnitud ocurrido en el kilómetro 24 de la ruta que conecta Barberena con la Ciudad de Guatemala continúa afectando seriamente la movilidad de cientos de guatemaltecos.
La escena se repite desde el amanecer: hombres, mujeres y niños cruzan entre el lodo, algunos con el agua hasta las rodillas, tratando de llegar a sus trabajos o a clases pese al peligro.
Según reportes de vecinos y autoridades locales, el deslizamiento cubre los cuatro carriles de la carretera, lo que mantiene el paso completamente bloqueado. El tránsito pesado ha sido desviado hacia rutas alternas, pero la situación continúa siendo crítica para peatones y motociclistas.
Testimonios desde el lugar
“Nos toca quitarnos los zapatos para poder pasar. Ya van dos días así, y nadie nos dice cuándo lo van a limpiar”, comentó doña Marta López, vecina del sector.
“El lodo llega hasta las rodillas y los niños se resbalan. No hay paso ni para motos”, añadió otro residente afectado.
Autoridades evalúan la situación
Equipos del Ministerio de Comunicaciones y la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) trabajan en la zona con maquinaria pesada, pero las condiciones del terreno y la humedad han complicado las labores de remoción.
De acuerdo con los técnicos, se teme que nuevos deslizamientos puedan producirse debido a las lluvias persistentes en el área.
Rutas alternas sugeridas
Las autoridades recomiendan utilizar la ruta por Villa Canales o la carretera vieja a Barberena, aunque ambas presentan alta carga vehicular. Se solicita a los conductores planificar con tiempo sus desplazamientos y evitar transitar durante las horas de mayor lluvia.
Riesgo constante por lluvias
El Insivumeh advirtió que la saturación del suelo en la zona sur del país ha aumentado el riesgo de derrumbes, inundaciones y deslaves, especialmente en áreas montañosas y carreteras principales.
Se insta a la población a mantenerse informada a través de los canales oficiales y no intentar cruzar zonas de riesgo cuando las condiciones sean inestables.
Conclusión
El derrumbe del kilómetro 24 no solo refleja la fragilidad de las carreteras ante la temporada lluviosa, sino también la resiliencia del pueblo guatemalteco, que día a día enfrenta la adversidad con esfuerzo y esperanza.