En 2016, la empresa japonesa Akagi Nyugyo, creadora del icónico helado Garigari-kun, protagonizó un gesto que dio la vuelta al mundo. Tras 25 años sin cambios en el precio, la compañía decidió aumentarlo en apenas 10 yenes (unos centavos de dólar), pero lo hizo acompañado de una acción inusual: un comercial de 60 segundos en el que ejecutivos y empleados se inclinaron ante la cámara para pedir disculpas a los consumidores.
Una disculpa que se volvió viral
El anuncio, lejos de provocar críticas, se convirtió en un ejemplo de la cultura empresarial japonesa, donde la humildad y el respeto al consumidor son valores fundamentales.
“Subimos el precio de Garigari-kun de 60 a 70 yenes. Pedimos sinceras disculpas”, expresaron los directivos mientras realizaban una reverencia.
Este gesto, sencillo pero poderoso, se viralizó en redes sociales y medios internacionales, generando admiración por la ética empresarial japonesa.
Garigari-kun: más que un helado
El Garigari-kun es un helado tipo paleta lanzado en 1981, famoso por su bajo precio y sabor refrescante. Con más de 30 sabores a lo largo de su historia, se ha convertido en un símbolo de consumo popular en Japón.
El hecho de que su precio se mantuviera estable durante más de dos décadas reforzó el cariño de los consumidores hacia el producto.
Lecciones del caso Akagi Nyugyo
Este episodio dejó varias reflexiones:
- En Japón, incluso un aumento mínimo de precios se comunica con transparencia.
- El respeto al consumidor fortalece la confianza y la lealtad hacia la marca.
- Una disculpa pública puede transformarse en una poderosa estrategia de marketing involuntaria.
❓ Preguntas frecuentes sobre el caso Garigari-kun
¿Cuánto costaba el helado Garigari-kun antes del aumento?
Durante 25 años, se vendió a 60 yenes (aprox. 0.40 dólares).
¿A cuánto subió el precio en 2016?
El precio aumentó a 70 yenes, lo que equivale a unos 0.47 dólares.
¿Por qué la disculpa se hizo viral?
Porque mostró un contraste cultural: mientras en muchos países los aumentos de precios son comunes, en Japón se acompañó de un acto de humildad corporativa.
¿Qué impacto tuvo en la empresa?
Lejos de perder clientes, Akagi Nyugyo reforzó su reputación y la conexión emocional con los consumidores.